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miércoles, 14 de mayo de 2014

¿El alfil hace temblar al rey?

¿La televisión, el eterno rey de los medios está perdiendo protagonismo ante la avalancha digital? Sí y no.
Pues sí y no. Me explico, sí porque en general el auge de los medios “sociales” más interactivos, menos intrusivos y más personalizados, le están quitando su rol de reinado absolutista en otras latitudes.  Y no porque al margen de cualquier medio advenedizo que llegue con promesas de alta eficiencia y contenido relevante, los alcances y la masividad de la televisión aun distan de ser puestos en jaque.
Pero lo que sí es muy cierto es que cualitativamente hablando y pensando en el consumidor, él sigue evolucionando (hace un tiempo se hablaba de generación X, luego de Y, hoy de millenials) en sus preferencias, costumbres y valores y la televisión necesita mantener el paso de dicha evolución.  Y ese paso hoy se baila al ritmo de Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y más…
Un ejemplo, hace algunos meses ocurrió el evento más visto en el territorio norteamericano, con más de 100 millones de personas sentadas frente a un televisor para ver la final del Super Bowl (un deporte tan extraño para mí como comer ceviche con kétchup) con 46.4 puntos de rating y 64 comerciales emitidos (y uno censurado). Viendo el rating se entenderá que es el momento favorito de los anunciantes para colocar sus nuevos hits en escena.  Una especie de alfombra roja de estreno de publicidad masiva, un derroche de creatividad (y de presupuesto, evidentemente).
Mucha gente enciende el televisor sólo para ver las tandas comerciales, (A 39% de los televidentes les interesa más la publicidad que el juego, estudio de Lab42 en USA) así de impactante es la expectativa por cada comercial que cuesta la friolera de 4 MM de dólares por cada 30 segundos de aire (y eso no considera el costo de producción).  ¿La televisión está en declive? No señor, ni por asomo, ¿aún incrédulo?, qué tal este dato del otro lado del mundo: La gala de fin de año de la TV china tuvo 750 MM de espectadores. Sí, 7 veces más que el Super bowl. Y el costo de un anuncio de 30” se estima que superó los 10 MM de dólares.
Pero lo que no podemos tapar con un dedo es el avance incontenible de las redes sociales. Allí Twitter, Facebook, YouTube entre otras son las nuevas niñas doradas de los anunciantes, que ni cortos ni perezosos han buscado desde hace algunos años ya consolidar objetivos de presencia, relevancia e interacción. La persecución primaria de los likes y los seguidores ha pasado a una obsesión por el generar conversación, la creación de contenido y la búsqueda del retweeteo o el “compartir”. También hemos evolucionado en este medio y el nombre del juego hoy se llama “construir vínculos” (por medio de la relevancia). Alguno recordará el tweet oportuno de Oreo en medio del apagón ocurrido en el Super Bowl del 2013. 14,000 retweets en sólo minutos. http://bit.ly/1ewGSx1. Tide también tuvo el mismo tino.  Y es que las redes sociales se tratan de eso, de hallar la oportunidad para generar diálogo e interacción en el momento correcto.  Agudeza, capacidad de reacción y un toque lúdico. La trilogía del éxito.
Por ello hoy hablar de estos medios como si estuvieran aislados es absurdo, porque hoy la integración mediática es en sí misma un norte. La poderosa y cuasi monárquica televisión ha salido a buscar aliados. Ella y las redes sociales no tendrían por qué caminar en senderos separados, y eso ya parece empezar a ser entendido por empresas, anunciantes y medios.
Pensemos. Muchos de nosotros vivimos en nuestra hiperactividad moderna el fenómeno “multipantalla”, donde estamos sentados frente a la televisión con nuestra laptop en el regazo y el whatsapp en el celular, buscando páginas diversas, leyendo nuestro newsfeed en Facebook o actualizando twitter. Es decir, estamos distraídos de la televisión, más aún cuando llega el momento de los comerciales.  Y es ahí cuando se enciende la señal de alarma para las marcas.  ¿Habrá alguna forma de aprovechar esa “desconexión” de la televisión en favor de nuestros descreídos anunciantes?
Felizmente marcas como Doritos y Audi nos enseñan que sí, utilizando las redes para generar campañas interactivas con el consumidor y usando finalmente la televisión para el “Grand Finale” donde podemos ver la pieza más votada o el final elegido por el consumidor.  De vuelta en nuestra pantalla, programas como El Valor de la Verdad, La Voz o incluso algún programa de noticias empieza a darle uso frecuente a twitter como herramienta de interacción logrando en cada día de emisión generar trending topics frecuentes.




Es decir, entramos en una nueva etapa de las comunicaciones, donde más que nunca tenemos que usar el poder combinado de los medios.  Para fomentar la emoción y generar vínculos afectivos, nada como un espectacular y bien logrado comercial de televisión, pero para conectar, aprovechar la coyuntura y lograr cotidianeidad, el poder de las redes sociales parece imbatible. Busquemos sinergias y unámonos a ellas.