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viernes, 16 de enero de 2015

Pensando fuera de la pantalla

Cuando pensamos en campañas publicitarias potentes, recordamos campañas de veraniegos helados o seductores spots de cervezas varias. Pero cuando como managers de marca pensamos en campañas potentes, nos estresamos anticipando la dificultad de llegar a los alcances mínimos y hacemos fuerza porque nuestro spot tenga la “magia” suficiente para convertirse en el hit del verano.

Pensamos que para que una campaña funcione necesitamos un comercial de 30”. Pero el uso de medios debe pensarse en función al consumidor, las campañas deben concebirse pensando en cómo impactarlo. Y sí, la televisión es el medio que garantiza niveles de penetración inigualables. Pero es un medio caro, que no siempre discrimina bien a nuestro target y que no necesariamente sirve para construir relevancia de mensaje. Hoy muchos vivimos más tiempo en una red social que frente a la TV, otros pasamos más tiempo oyendo radio (tradicional, por internet o incluso por spotify) o leyendo noticias (en físico o en internet). Consumimos medios de manera fragmentada, la oportunidad entonces está en combinarlos para amplificar el poder del mensaje.

Ojo, la relevancia de un mensaje puede generarse con una sola pieza, con un panel recolector de agua en el verano o con una iniciativa viral como “sílbale a tu madre”. Cualquier idea potente puede maximizarse usando los medios adecuados. Pensemos en una idea atrevida: QUITEMOS nuestra logomarca de la etiqueta de un producto y cambiémosla por 50 nombres propios. Usemos las redes sociales y propongamos al consumidor que “trabaje” y busque el envase con su nombre. Sumemos vía pública con mensajes personalizados, programas de radio para aumentar la difusión y una acción muy visual en el punto de venta. También un BTL masivo que personalice miles de botellas con nombres “faltantes” en los 50 iniciales, por si no encontraste el tuyo. ¿Lo que más recuerdan de esta campaña es el spot de 30”? ¿No, verdad?


Es que el marketing no depende de comerciales de 30”. El marketing debe su éxito a un mensaje relevante y distintivo, adaptado a los medios de manera ad-hoc y usándolos de manera efectiva sabiendo que cada uno tiene un rol, un momento y un lugar.