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martes, 10 de septiembre de 2013

Cópiame, que soy realidad.

Se han copiado alguna vez en algún examen? 
Yo también. Sea cual fuere nuestra razón (desde pocas ganas de estudiar hasta por equivocarse de día de examen), creo que todos hemos hecho la de inclinarnos –caleta- hacia el examen del vecino. Claro que otros perfeccionaron el arte del plagio 2.0 llevándolo a escala Smartphone App y/o auricular caleta (leí por ahí que es práctica recurrente en exámenes de admisión, dónde alguien “on-line” te ayuda a superar ese trance).

Y por cierto, la neurociencia ha comprobado que nuestro cerebro sigue la ley del mínimo esfuerzo, ya que el cerebro tiende a reservar su energía para usarla en procesos inesperados que realmente requieran esfuerzo y no quemándola en procesos banales.  Por lo tanto, el cerebro tiende a repetirse en usos, costumbres y procesos, en algunos casos hasta volverlos rituales.  En otros, evita lo nuevo como un mecanismo de elusión ante peligros desconocidos que le puedan generar mayor desgaste futuro de energía.  Es decir, estamos mentalmente programados para tomar la salida sencilla, la repetitiva ante situaciones semejantes.  Neuronalmente nos resulta des-energizante pensar en cosas nuevas (es más fácil repetir / es más fácil copiarse).

Por tanto, el hecho es que estamos programados para copiar y repetir. Rutas, frases, excusas, creaciones. Copiamos en exámenes, en outfits personales, copiamos textos para nuestros presentaciones (gracias wiki, gracias slideshare), camuflamos frases viejas en retweets, basamos nuestras PPTs de trabajo en nuestras propias PPTs recicladas y otros hasta piratean capítulos enteros de obras literarias (o no Bryce?)… 

Leía en una página web española un conflicto desatado por una seudo-copia publicitaria.  Acusan a una marca de refrescos de copia por una promoción web.  Esta toma el recurso de lo simple que cuando éramos pequeños era jugar con tonterías como las cajas donde vienen los juguetes (en lugar del juguete en sí), ramitas de árbol o piedras aparentemente insulsas para generar, con estos ítems, una promoción atractiva.  Véanla que vale la pena (aquí adjunto una de las 4 piezas)

Sin embargo han surgido rápidamente las voces que acusan al concepto de plagio creativo.  Que eso de los juguetes simples ya lo hizo antes una fundación en Brasil e invocando un tema noble como la ayuda social.  (Ver vídeo original de campaña brasileña aquí: www.youtube.com/watch?v=hA5ip5OJwGQ ) 

Y aparte de eso se acusa también a una de las piezas de TV de copia, en este caso al comercial del regalo del “palo” (pieza 2 de la campaña de Limón y Nada), aquí lo adjunto.


En este caso, se le acusa de copia del mega viral que fue este vídeo basado en el regalo de un Nintendo 64. (18 MM de visitas). Creo que queda claro después de ver ambos, que el copy de Limón y Nada del palo es un “sarcasmo” publicitario del megaviral de Nintendo de hace unos años…


Pero de copiar literalmente respuestas de examen a mirar estas piezas inspiradas en otras hay diferencia. En el mundo del marketing irrogarnos el tema acusatorio de “esa idea era mía y se la han copiado” me parece poco menos que arrogante en muchos casos.

El marketing utiliza el benchmarking como una disciplina de manera de hacernos más sencillo el camino de plasmar el insight, vía mejorar lo previo. Cuando discutimos guiones se rescatan, modifican y cambian ideas que muchas veces fueron pre-rechazadas por X razones por otras marcas. En cada pre de comerciales de TV usamos las famosas “referencias” (de otros comerciales, películas y vídeos) para inspirarnos después de haber aprobado una línea creativa y todo mundo aporta con ideas o conceptos previamente vistos para enriquecer la idea original. 

Mi amigo Juan Carlos (el gordo) Vizcarra (publicista y comunicador) me decía que la creatividad publicitaria es casi un oxímoron, que hoy por hoy no existe como tal.  Que en la vida de un creativo lo que tienen que haber son referencias.  Mucha lectura, teatro, cine, vídeos, vivencias, viajes, etc. que, sin darte cuenta, terminan siendo engranajes potentes que esperan, dormitando, apalancar un buen guión futuro.  Combinando nuestras referencias.  No creando desde cero, porque la pólvora ya se inventó, ahora mejorémosla. Ese es el punto.

De hecho, si de copias se trata, cuántas veces me ha pasado (y estoy seguro de que a ustedes también) sentir que “esa marca” se copió la idea que nuestro equipo estaba trabajando, la que íbamos a filmar, la que descartamos, la que pre-pensamos y hasta la que estábamos a punto de expresar (pero que aún no la habíamos contado a nadie).  Y es que a eso voy, a veces somos un poco paranoicos. Y está bien. Hay que saber defender lo nuestro.  Pero también entender que todos vivimos en el mismo mundo y podemos tener inspiraciones semejantes, que existe el benchmarking, la casualidad y las tendencias nos afectan (e inspiran) a todos. Y que no todo tiene que ser puristamente original para tener valor, copiar puede ser una fuente de inspiración para mejorar… 

...Ah! Pero si quieren ver copias DESCARADAS, vean este link:


Saludos

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